Con el tiempo...
comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo...
te das cuenta que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.
Con el tiempo...
te das cuenta que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.
Con el tiempo...
entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.
Con el tiempo...
aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo...
aprendes que disculpar, cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes.
Con el tiempo...
comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo...
te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día lloraras por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo...
te das cuenta que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.
Con el tiempo...
te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados.
Con el tiempo...
aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo...
comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo...
te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo...
aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo... ante una tumba... ya no tiene ningún sentido.
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